viernes, 17 de junio de 2016

PERSPECTIVA FILOSÓFICO PEDAGÓGICO ll. PROFESORADO DE LENGUA Y LITERATURA. PROFESORADO DE HISTORIA

CARTAS A UN JOVEN PROFESOR. Philippe Meirieu

¿Por qué elegir entre el amor de los alumnos y el amor al saber? Meirieu nos dice que la docencia es una profesión centrada en el saber, porque las claves de su transmisión, se encuentran en ese espacio en el que late ni más ni menos que la enseñanza. Y nos deja una frase para reflexionar:

“Enseñar es organizar la confrontación con el saber y proporcionar las ayudas para hacerlo propio"




5 comentarios:

  1. Creo que esta confrontacion es propia de un docente que busca salir de la comodidad de creer y actuar como dando por absolutos sus conocimientos y busca acceder a un modelo de enseñanza aprendizaje progresista, dialogico. Aplicar todos los recursos necesarios para que el alumno supere al maestro, para que construyan conocimientos juntos, considero es la manera mas coherente de empalmar el amor al saber con el amor a los alumnos.

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  3. El amor por lo que uno hace, por enseñar, debe ser el vehículo para que el docente pueda entrelazar ese amor por el saber y el querer que el otro aprenda, crezca y se apropie del conocimiento. Es ahí donde estoy de acuerdo con la compañera: la postura que adopta el profesor al respecto, refleja el tipo de enseñanza que va a ofrecer y por ende, el tipo de educador que quiere ser.

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  4. Sin el componente afectivo, la vocación y el oficio un docente jamás podrá ser un buen docente. Los conocimientos son importantes, por supuesto, pero más importante es la empatía que debe generarse con el otro, querer que ese estudiante encuentre un espacio donde poder expresarse, un espacio donde halle una palmada en el hombro, palabras de aliento, la aprobación de un adulto. Un profesor que no quiere a sus alumnos, jamás les transmitirá nada, por más que sea un erudito en su materia.

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  5. El docente que no ama lo que hace, es de por si, un mal docente, el hecho de hacer todos los días algo que le cause dolor de cabeza y no lo disfrute nos da la señal que no prosperaran aprendizajes significativos y mucho menos mediante estrategias nuevas e innovadoras porque no le interesa y no habrá vocación, ya que va de la mano con el afecto y el cariño. Por lo tanto es necesario que ese docente ame lo que hace, ame enseñar y por sobre todas las cosas querer a los alumnos y querer que ellos aprendan.

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